Quiero

Me vuelvo en la soledad de la noche acompañado con dos cascos y un viejo repertorio melancólico. Veo dos lunas… ¡ah, no!.. Más bien veo un reloj iluminado y la única luna que conozco resplandeciendo ante un cielo despejado….quién lo diría después de la semanita…. Puta borrachera…

Y ando, y ando. Como siempre, queriendo sin querer. Buscando sin encontrar respuestas a ese maldito verbo. Ese egoísmo humano que se refleja en esas dos silabas. En ese querer.

Si te fijas yo quiero imperativamente quereres que son para mi, que son posesión única y exclusiva. Cuando se dice un te quiero se refleja ese carácter exclusivista con el que al final impregnamos nuestra vida. Somos egoístas por naturaleza, va en nuestra sangre, en nuestra forma de ser. Lo que queremos es para nosotros o porque nosotros lo deseamos para otro, pero su esencia se basa en un sentimiento unilateral. Por ello nadie podría amar sino quiere amar, sino que viviría amargado en una patraña. Por ello nadie puede querer desear nada bueno a sus enemigos, seria hipócrita.

Con quieros llenamos nuestro vocabulario, nuestro día a día, nuestro repertorio de canciones. Quiero y quiero. Nadie desea, todos afirmamos en tono imperativo como pataleta de niño: lo quiero ahora. Un te quiero dicho con tono melancólico quizás lo suaviza, pero el mensaje intrínseco sigue siendo el mismo. El responder educadamente a aquel tendero al afirmar que quieres un trozo de pan, no cambia que lo quieres para ti, para el fin que sea, pero para ti. Y cuando no tenemos lo que queremos es cuando viene la frustración, el sentimiento de desidia, el rechazó a la sociedad que no nos permite cumplir nuestra voluntad… Porque yo quiero esto y no lo tengo… Y ni en democracia se aúnan voluntades, sino que se rechazan quereres minoritarios…

En todos los sectores, en el socialmente publico y en lo socialmente privado. Aquí y allí. El ser humano es egoísta; es egoísta porque quiere.

Quiero decir lo que quiero decir, y no quiero que me malinterpreten, los quereres son quereres ni buenos, ni malos. Simplemente un retrato, otro más, del tremendo desdén humano. Y lo digo porque quiero, que yo, al fin y al cabo, también soy egoísta; como todos.

 

 

*Leyendo esto podría sonar: A la luz del Lorenzo (Los Delinqüentes)  ….. es cierto, no pega del todo; pero como la Feria está ahí me apetecía ponerla… ¡Salud!