Espinitas

Se encontraba haciendo las labores de jardinería cuando llegó a aquel rosal que tocaba podar. Tenía una rosa hermosa, con un rojo intenso… era enorme… Al mirarla se acordó de ti, y no por la flor, sino porque atónito con la belleza que desprendía se clavó una espina. Y ello es lo que más le recuerda a ti: una espinita, su cuenta pendiente. Pasó el tiempo y te dejó escapar. Pareció probablemente que fuiste su juego, cuando en realidad fuiste su tentación y su ilusión…

Dueño de decisiones inconclusas, actuando con una intuición sesgada, manipulada… Dejándose llevar por impulsos delíricos. Pensó en ser racional y su razón seguramente no se equivoco, pero llegó tarde. Tú eres como él. Demasiado parecidos como para aguantaros doblemente. Pero a la vez demasiado irresistible como para resistiros. Si… tú sigues siendo su tentación… aunque ahora no tenga nada por lo que ser tentado…

Mirando aquella rosa se acordó de cómo dormías aquel día, acurrucada, sin darse cuenta del tiempo que pasa. Inmóvil. A tu aire. Dormías, y tu rostro le resultaba mucho más angelical que en su diario. Como un loco te observaba. Sus ojos se recreaban confundiéndose con tu boca. Pero nada cambia, ni te dabas cuenta ni él hacía por mostrarse. Como siempre, dejando la vida pasar. Se clavaba aquella espinita rasgando la piel, otra vez, otra cicatriz en su cuerpo, autoengañado, soñando, cavilando, delirando…

Orgullosa rosa que se defiende con las espinas. Orgullosa, sin darse cuenta de la facilidad con la que se arrancan las espinas. Quizás el deseo se le apague poco a poco y llegue un día en que verdaderamente no tientes sus sentidos. Pero hoy tengo que recomendarte dejarte llevar por tus deseos. Probablemente él no pueda prometer todas esas palabras de amor que otro te da, pero puede hacerte más feliz en tu desliz. Puede quitarte la espinita y dejar que se la quites. Puede demostrarte lo bueno que es capaz de dar o puede seguir posando… Puede dejarte escapar, otra vez, o buscarte como tú alguna vez has hecho… Dices que ahora le toca a él… Pues el juego acaba de empezar, y me consta que no le gusta perder.

 

 

*Leyendo esto podría sonar: La resaca (Los Delinqüentes y Tomasito)